viernes, 5 de julio de 2013

Un mundo sin fin

(...)Hasta en la mayor noche de las noches
siempre está la certera luz de la esperanza.




Para Gema, con cariño


Son las nubes cansadas de septiembre
fieles evocadoras de las palomas claras
que nos devuelven a los compañeros de viaje.

Las miradas
fueron fundiendo la escarcha del reloj de arena,
gota a gota, verso a verso, entre abrazos
de mediodía de abril en el Retiro,
o en otras primaveras,
caminando solitarios en llanuras áridas
más allá de lo que hubiéramos imaginado,
noches de oriental ensueño, que nos regalaron
ilusiones renacidas, deseos, abrazos,
la vida más allá de estas palabras.

Y aquí estamos,
los que fuimos y no fuimos, los que te queremos,
algunos, desde la mesa de al lado,
otros, desde rincones
no tan lejanos como pudiera parecer,
pero hay razones, y sobre todo, hay personas
por las que siempre merece la pena escapar
de las distancias
                      que nunca debieron ser,
que minaron nuestros recuerdos por descubrir.

Pero nosotros somos más fuertes
y miramos al cielo, y hacia adelante,
para hacer indivisible una misma esperanza.
Cada estación
nos descubre nuevos compañeros
de viaje,
              aprendiendo de los pasos perdidos,
con los ojos puestos en un futuro
que reclama reencontrar los espíritus
que justifican su existencia.

Un mundo de recuerdos
donde los suspiros huyen con el viento norte
descrito en miles y miles de abrazos
ahora más que nunca necesarios.

Retornamos, por un momento,
a la cárcel de palabras y silencios
confinados por el tiempo y el espacio.

Pero un día, cuando llegue el fin del tiempo,
correremos, concéntricos, en busca del eco
de aquellos abrazos de fin de otoño.
                                                         Y vendrán
para demostrarnos
que
existe una vida más allá de las palabras
y los versos,
                      blanco y celestial recuerdo,
en nuevas primaveras consumado,
que nos mostrará el camino.

Hasta entonces
será dejar correr el tiempo
entre miradas entredichas
en las hojas de un nuevo otoño.

Un mundo sin fin.
Un sinfín de mundos por descubrir,
siempre bajo la feliz mirada
de los eternos compañeros de viaje.


  

Ahora, y siempre, te mereces que toda la felicidad que has regalado a los demás vuelva a ti.
Y lo único que te pedimos, si es que tenemos derecho a pedir algo a alguien que nos lo ha dado todo,
es que no cambies nunca.

Feliz cumpleaños Gemita :)



Y evocando el último cantar de un viejo poeta,
creo en ti. Amparado
por la penumbra de esta noche
que se nos va, que nos acerca
muy poco a poco,
dirijo mi última mirada a estas palabras
y con todo el cariño que este invierno extenuante me deja darte


sólo anhelo recordar
que los túneles no existen,
que viviremos para contemplar el retorno de los brujos.


Leganés (Madrid), 5 de julio de 2013
21:50 h