domingo, 25 de diciembre de 2016

La esperanza del regreso

La sutil evocación
de nuestras caricias como pájaros
en este fiel y ardiente invierno,
rozando en místicos recuerdos
tus ojos misteriosos,
                                  que
escapan
              rodando
desordenadamente entre tu pelo,
soñando
              una existencia paralela,
alondras de palabra,
canción de palabra renacida.

Tus besos dibujan copos en la noche.

Se revelan, con tímida ansiedad,
los póstumos alientos de noviembre,
las sombras cóncavas escondidas
debajo de tu cuerpo,
dimensión infinita de verdad,
temblor de las retamas bajo nubes de deseo
que dictan el misterio inquebrantable de este amor reconstruido,
que me salva cada noche con bocetos de cariño
que nunca morirán.

Como cada día, volveré a la cama
buscando a tientas tus
gafas y tu
boca,

tus lágrimas emocionadas de un treinta de marzo,
de un siempre despertar cada mañana
entre sinceros brazos,
de un tiempo monolítico que nos observa.
Y volver a contemplar el sol tras la tormenta,
el ánimo recóndito,
                                 un parque del Retiro
desenclaustrado de sinceras y legítimas
sonrisas.

                 Entretanto,
despertaré mis versos inconexos,
soñaré con la esperanza del regreso, y con las noches
de juvenil asedio,
de labios descubiertos en las sábanas.

En fin.

              Desde luego,
una noche tonta la tiene cualquiera.

Leganés, Nochebuena de 2016, 02:57h