miércoles, 30 de junio de 2010

Sentir...

Para Noelia, por razones más que evidentes
Fuego abrasador de este Madrid de junio.
Mi último suspiro, cerca de las vías, se lo lleva el viento.
Los recuerdos invaden lo más profundo del alma
mientras aún distingo a lo lejos el perfume de mi amor...

Fuego abrasador de este Madrid de junio.
Lejos, los transeúntes permanecen ajenos
a lo que sienten nuestros corazones.

Nada,
ni tan siquiera los piquetes de la huelga de Metro que asedia Madrid,
puede acabar con este momento irrepetible.

Un beso.
Qué si no podía esperar de ti, mi amor.
Simple y sencillo, pero a la vez tan necesario...

Y después de aquel vinieron otros,
y vendrán más,
y más allá del mero hecho
junto a ti todo habrá tenido sentido.

Te quiero.
Estación de Atocha (Madrid), 30 de junio de 2010

domingo, 27 de junio de 2010

En el valle de la muerte... (poema épico)

Por variar de tanto poema de amor, aquí va un pequeño experimento de épica.

A la memoria del gran Juan Antonio Cebrián, fallecido en 2007, sin cuya ayuda jamás hubiera conocido esta gran epopeya y otras tales.

Descansa en paz. Fuerza y honor.

En el valle de la muerte            resistieron los trescientos.

Lucharon como valientes        y Zeus les abrió los cielos.

El rey Jerjes se prepara,         junto con sus consejeros,

para dar por fin la muerte      a esos guerreros tan fieros.

“¡Esta noche cenaremos        con Hades en el infierno!”,

les gritaba el rey Leónidas     a los que sobrevivieron.

En el valle de la muerte         resistieron los trescientos.

Van muriendo poco a poco    hacia los desfiladeros,

pues en tan angosto paso       caen y mueren como perros.

El gran Jerjes desespera        con sus hombres bien dispuestos,

Déste han sido derrotados      todos sus barcos guerreros,

pues los hombres de Temístocles    en bien poco los hundieron.

Aun así el persa no cede         ni dos palmos de terreno.

En el valle de la muerte              resistieron los trescientos.

A estos nobles espartanos       ya se les acaba el tiempo

pues al poco sólo quedan       más o menos un ciento,

mas no mella su bravura,       y los inmortales, prestos,

atacan al espartano    como un solo hombre de hierro.

Van cayendo uno tras otro     uno, dos, decenas, cientos,

los feroces espartanos,             pero siguen resistiendo.

En el valle de la muerte            resistieron los trescientos.

Los de Leónidas, dispersos,    son del persa prisioneros,

pero siguen resistiendo              hasta que todos cayeron.

El gran persa es informado:   se ha vendido un traidor griego

que les revela a los persas      un sendero secreto

para así poder cortar                la retaguardia a los griegos.

Sus guardias habían marchado       a reunirse con su pueblo

y al verlo desprotegido                   prestos la ruta emprendieron.

¡Oh, espartano tan mezquino!    ¡Hades te tenga en su seno

por toda la Eternidad                    torturado en los infiernos!

En el valle de la muerte            resistieron los trescientos.

Los persas han rodeado            a los ya escasos guerreros,

dispuestos a acuchillarlos      hasta que todos sean muertos.

Largos regueros de sangre     caen por los desfiladeros.

Los persas lo han conseguido:           matar a todos los griegos.

Elevaron la cabeza                        de Leónidas al cielo,

El gran Jerjes se la lleva             a Persia como trofeo.

Miles de persas han muerto          por matar trescientos griegos,

Trescientos hombres valientes,         trescientos soldados fieros.

En el valle de la muerte                      resistieron los trescientos.

jueves, 24 de junio de 2010

Solsticio

En el horizonte,
doce torres de humo negro
anuncian la llegada del esperado solsticio.

A lo lejos,
los cohetes atraen mis ojos
y por un momento dejo de pensar en ti.

El olor a pólvora
me evoca tiempos antiguos de desesperanza,
de almas corruptas y desamores lúgubres.
 

Mas las hogueras,
símbolo de los viejos recuerdos,
queman a su paso todo cuanto encuentran.

Ojalá que esta noche de san Juan
sea el principio de un nuevo amor junto a ti, preciosa,
que con el brillo de tus ojos pardos

deslumbras los fulgores de esta ardiente oscuridad.

miércoles, 23 de junio de 2010

Apuntes sonámbulos

En la quietud de esta tímida tarde de verano
los juegos de sombras de los sauces hipnotizan mi vista
arrinconando mi estado de ánimo solemne y pesimista.

En la quietud de esta tímida tarde de verano,
mientras espero con ilusión tu próxima presencia
añoro tu belleza, tu dulce amor y tu inocencia.

Despacio huyen los viejos recuerdos del desamor,
y veloz viene hacia mí una realidad feliz y afable,
una vida nueva, un amor dulce, inocente y adorable

Atrás quedan tiempos muertos de silencio y dolor,
y mientras el tenue fulgor de tus ojos pardos llena el corazón
en mi turbia alma por fin vencen los sentimientos a la razón.

domingo, 20 de junio de 2010

Soneto VI

Mi vida, desde que me enamoraste
no he encontrado palabras que escribirte,
no he encontrado cumplidos que decirte,
tan sólo encuentro este dulce amor que me dejaste.

¿Sabes, amor?, desde que te conocí
me sorprende cuánto he llegado a amarte,
cuántas veces he llegado a soñarte
y a soñar tus besos, besos que nunca te di...

Quiero estar contigo toda la vida,
mi amor, quiero tenerte cada día
y quiero soñarte de noche en la lejanía.

Quiero estar contigo toda la vida,
pues si no estás, mi amor, me desespero.
Mi amor, luz de mi alma, no sabes cuánto te quiero...

viernes, 18 de junio de 2010

Soneto V: un antes y un después

Después de días y días sin poder acariciarte,
amor, luz de mis ojos, al fin te has decidido
a ser la reina de mi sentimiento dormido,
a quererme tanto cuanto yo puedo adorarte.

Una declaración de amor puede ser un arte
o un juego de niños: nuestro amor, comprometido
y eterno, cumplió fácilmente su cometido
para que tú puedas amarme y yo pueda amarte...


Preciosa, todo calificativo es escaso
cuando contemplo tu sonrisa irradiante y pura,
cuando miro de tus tenues ojos la blancura;


mientras tu esencia se refleja en el cielo raso
de este incipiente verano que se asoma al mundo
veo cómo mi amor por ti se vuelve más profundo...

jueves, 17 de junio de 2010

Soledad sin título

Mi soledad sin retorno
va suspirando tres vientos
de primavera y otoño.


Y anhelando la presencia
de mi dulce amor sin nombre
hoy sólo lloro tu ausencia.


Mi amor, luz de las montañas
del paraíso terrenal
que se refleja en las aguas.


Eres sol de mis sentidos,
reina de mi corazón,
a la que siempre he querido.


Mi amor, flor de la inocencia,
única dueña de un alma
que suspira en tu presencia.


Todavía mientras te espero,
amor, recuerda una cosa:

que, estés donde estés, te quiero...

A la memoria de Federico García Lorca
(13-06-2010)

miércoles, 16 de junio de 2010

Soneto IV. Elegía por una despedida

Dedicado a todos cuantos han estado conmigo estos últimos seis años. Seguro que entenderéis este soneto a la perfección.

En fin, ya sabéis cómo soy para las despedidas...


Las lágrimas corren la tinta de mi pluma dormida.
Sobre el papel sólo hay lágrimas y versos olvidados
al recordar amargamente esta triste despedida
donde los adioses se mezclan con recuerdos deseados.

Sé, triste poema, que no es tuya la culpa de mi partida
de este viejo paraje lleno de recuerdos soñados.
También sé que en él se queda la felicidad vivida
junto con versos, más y más versos, versos añorados.

En el campanario queda el espectro de eterno amor
hacia todos cuantos me han rodeado durante estos años;
de hermosos recuerdos se ha quedado prendada esta torre.

Nadie escribirá versos sobre mi pena o mi dolor,
tan sólo silencio, silencio, un silencio con redaños
donde un último suspiro huye, escapa, vuela, corre...

Qué lejos

Qué lejos estás, mi amor, cuando mi alma te busca.
Qué lejos, mi amor.
                              Mi vida se consume en sueños
vanos y sin sentido,
                              mi corazón se ofusca
ante tantos amores y tan escasos dueños.


Qué lejos estás, mi amor, cuando mi alma te busca
en esta primavera
de otoñales diluvios y eterna espera.
                                                          Porque así, en límites pequeños,
me muero por dentro sin disfrutar de tu fragante esencia,
de tu aroma de juventud tierna y olvidada,
                                                                         y
así te quiero yo, más allá de la existencia,
así te quiero, dulce, tenue, alegre y delicada...


Qué lejos estás, mi amor, cuando mi alma te busca.
Qué lejos, mi amor...

martes, 15 de junio de 2010

Soneto III

La frescura del primer rayo de sol del día
que se filtra en las ventanas de mi habitación
me hace despertar para escribirte esta canción
mientras anhelo tu amor desde la lejanía.


El recuerdo de tu sonrisa, preciosa mía,
se refleja en lo más profundo del corazón,
donde el dulce amor y una descontrolada pasión
se ocultan para seguir cantando su elegía...


Mas, contigo, la elegía y el desamor se han ido
de la misma forma que tu amor entró en mi vida
porque contigo tiene sentido la existencia;


pues sabes que te quiero y que siempre te he querido
aunque no sepa tu nombre, innombrable querida,
pues impedir tu amor es renunciar a mi esencia...

lunes, 14 de junio de 2010

A un amor sin nombre

Hoy por hoy, no sé a quién dedicar mis versos.
De nadie me fío, a nadie creo,
sólo al corazón.

No sé de quién me he enamorado,
pues me invade un aura de sublime confusión
que no huye de mi cabeza.

Cuando me abrazas, ¡oh, amor sin nombre!,
en mí se enciende una pasión desorbitada,
pero al mismo tiempo me infundes miedo,
pues eres tan dulce y delicada
que no puedo sino protegerte
para que estés a salvo...

Cuando estoy contigo, seas quien seas,
la vida cobra sentido, pues a tu lado
el amor
es algo más que suspiros y versos

Cuando en la claridad de este sol de primavera
se ilumina tu bella sonrisa
el mundo existe, Dios existe,
pero mi amor está por encima de ellos
y por encima de todo...

El alma descompuesta vuelve a ser un todo
y desaparecen los malos recuerdos
y en su lugar tú insuflas pureza y alegría,
una blancura inconmensurable,
una fantasía soñada en esta turbia primavera.

No te conozco, pero...
                                            ...te quiero tanto...

martes, 8 de junio de 2010

I want to take you...

Gracias a mi profesor de inglés en la Escuela Oficial de Idiomas de Leganés, descubrí a un poeta americano muy interesante: Billy Collins. De hecho, Juanjo, mi profesor, también es un incipiente poeta y ha publicado un libro con algunos de sus poemas bajo el título de El hombre bañera.

El estilo de Billy Collins es muy natural y cotidiano, sin dejar de lado el romanticismo. Emplea versos completamente libres, sin rima ni métrica, pero la riqueza en cada palabra y la dimensión profunda de cada estrofa lo hace una creación sublime y sorprendente.

Siguiendo los pasos del maestro Billy Collins y por iniciativa de un trabajo que se hizo el último día de clase en la EOI, por parejas teníamos que escribir unos versos con sentido y, evidentemente, con cierta belleza poética. Mi compañero y yo quedamos segundos por votación popular, o sea, por el resto de alumnos de clase. Aquellos cuatro versos decían así:
I want to take you near the summer sun.
Honey, my white goddess, you drive me mad.
Perhaps I am a prisoner in this wild storm.
I ask for love but love is behind the rocks.
Aporto la traducción:
Quisiera llevarte cerca del sol del verano
Mi amor, mi blanca diosa, me vuelves loco
Tal vez sea prisionero de esta tormenta salvaje
Reclamo amor, pero el amor está detrás de las rocas
Tan sólo contábamos con algunas pocas palabras, con lo que el trabajo fue muy difícil y arduo, pero al fin salió algo decente.

Se puede observar que la traducción al castellano hace que el poema pierda parte de su belleza expresiva.

A partir de esos cuatro versos continué el poema y salió esto:

I want to take you near the summer sun.
Honey, my white goddess, you drive me mad.
Perhaps I am a prisoner in this wild storm.
I ask for love but love is behind the rocks.


I want to take you till the infinity of passion.
Made-up hopes still darken the purple light of love.
Perhaps I am a prisoner in these red gardens.
I need your love...
                                    ... but love has gone.

My impossible dream,
let me enjoy your whispering magic.
Perhaps my gray life still becomes gray
but, even though,
                                I love you...

Let me sigh with you one more time;
stormy thoughts make me forget how much I love you.
Then, in my delirious dream,
a symphony of light blue water from a river
remembers me that I will always be alone.

Let me breathe your divine scent,
although your beautiful silhouette had just gone.
Let me enjoy the aroma of pure love,
although pure love had never existed.

Let me imagine loving you passionately
and you loving me, until we become one
and storm ceases and this delightful garden embraces us.

I want to take you near the summer sun...
                                                                            ... but you have just gone...

Traduciéndolo pierde parte de su belleza expresiva, así que no lo haré.

sábado, 5 de junio de 2010

Soneto II


En los albores de esta primavera
mi cansada alma sigue recordando
al amor que no tuvo y añorando
los besos que hace tanto tiempo espera.


En los albores de esta primavera
no puedo sino seguir olvidando,
luz de mi vida, porque recordando
mi esperanza poco a poco desespera.


¿Qué importa si el tiempo pasa y te olvido?
¿Qué importa si he perdido la esperanza
y mi vida ha perdido su sentido?


No hay vuelta atrás en la desesperanza;
recordar cuanto para mí has sido
es lo único que altera mi templanza...

miércoles, 2 de junio de 2010

Soneto I

 Para Celia, porque parece ser la única que comprende mis versos
Hay sentimientos que el tiempo no cura,
porque uno mismo los crea de la nada
con el deseo de un alma apasionada
y un amor infinito y sin mesura.

Cuando el alma recibe sepultura
poco importa el recuerdo de la amada:
nadie quitará esa espina clavada,
nadie acabará con nuestra amargura...

No importa el nombre, sino la tristeza.
No importa el recuerdo, sino el dolor
que hay en nuestras almas muertas de amor.

¿Volveremos a perder la cabeza?
Tal vez sí, tal vez no; todo es posible,
porque la tristeza es incorruptible.

martes, 1 de junio de 2010

Presentación

Hola a todos.

Desde hace un par de años he encontrado en la poesía, que para mí no era más que un hobbie olvidado, un medio increíble de expresión: de los sentimientos, del amor, de lo más profundo de un@ mism@, de la vida en sí. También compongo música, pero no me permite el mismo objetivo. La música es más difícil de identificar, mientras que con los versos dicha identificación es clara y evidente.

Y uno, que se llama a sí mismo nietzscheano en el sentido más puro del término, buscando y afirmando la vida sobre todas las cosas, se ha aburrido de componer tanta música que no deja expresar todo cuanto quisiera.

En la soledad del tiempo es el título de un poemario del poeta español  Dionisio Ridruejo. En este blog quisiera compartir mis producciones con todos aquellos que quieran acercarse a leerlas. Espero que os agraden. Aceptaré gustoso cualquier crítica al respecto de cuanto comparta en esta página.

Hasta pronto.