viernes, 17 de febrero de 2012

Vingt - et - un

Escribo
un poco con la mirada perdida en un sueño,
madrugada de viernes.


Mantener
esta inútil métrica a la que me he condenado,
designios del Infierno.



La noche
nos recuerda el tesoro escondido de antaño,
amores que se fueron.


Miradas
que atraviesan bloques infinitos de tristezas;
tu mirada, tus ojos.


Oculta
en el reflejo de una noche, París nos contempla.
Sueño de noche y fuego.


Perfumes
que se escapan en ramos de miradas sin dueño.
Tus ojos se escondieron.


No estás,
viejo amor de primavera. Te fuiste sin mí,
me enterraste con vida.


Pasiones
muertas, pisoteadas a lo largo del camino,
del llano quijotesco.


Se ha ido.
Nunca volverá. Olvidar es la salida. Todo
se pierde en el silencio.


Tal vez
sea tarde para escribir este poema. No quiero
volver a recordarte.


Buscar
otra salida, otro mar al que llevar las aguas.
Soñar, desesperarse.


***


A veces,
debo confesar que me cuesta mucho olvidarte,
más de lo que imaginas.


No obstante,
no anhelo ni tus formas, ni tus ojos, ni nada
de cuanto me mostraste.


Hay días
que, sin embargo, extraño estar solo entre los libros
de neuroanatomía.


Falta algo
en esta vida descabellada y estresante
que llamo Medicina.


Falta algo
que aprendí contigo hace unos años,
que tuve y me negaste:


tan sólo
volver a soñar despierto con la dulce musa
que vuelva a enamorarme,


que inspire
de mi inútil lenguaje una canción de esperanza
o una carta de amor.


***


Subsisto
buscando en cada esquina, en la luna menguante,
tu amor en el recuerdo.


No sé
por qué me acuerdo de estas cosas y no me olvido,
¿tal vez fue demasiado?


Se apagan
las luces y el sonido de las calles, y en medio
de la noche, me quedo


buscándote
otra noche más sin resultado, suicidando
mi amor en cada esquina;

y escapa
un suspiro perdido entre el papel y la tinta
Soledad sin retorno.

A veces
la muerte de las palabras borra los recuerdos.

Es mentira. No basta.



Leganés, 17 de febrero de 2012

lunes, 13 de febrero de 2012

Valentine's. Un año después

Sacar a la luz tres viejos versos
que se escondieron a la sombra de un fantasma,
de otro otoño.
 
Aquellos sueños de invierno erraron en su empeño,
cerraron por reforma para no volver nunca,
se perdieron
en el viento fugaz que separa nuestros sueños.

Querer estar contigo y sin embargo estar solo,
pero no volver atrás,
pues aquello sólo fue un pretérito imperfecto
escondido en la penumbra del amor sin nombre
y en cuatro luces perdidas
que escaparon del sol buscando dueño, y lo hallaron
en la voz temblorosa de un poeta.

Recordar
los viejos epítetos del pasado remoto
sin control,
ante la triste mirada de una ausencia.

Echar de menos
sin saber muy bien a quién mirar o adónde
mientras el viento me ametralla con la perdición de tu mirada.

Querer estar contigo y desesperar buscándote
sin nada a lo que aferrarme para subsistir
en esta indómita tarde de enero
que espera mi putrefacción entre algunos libros.

Sé que en alguna parte ahora me esperas,
princesa,
que iré en tu búsqueda y rescate pronto
para salvar mi amor, mi sueño y mi poesía.

Qué absurdo. (Reflexiono
y me atormento un minuto más para pensarlo.)

No estás.

Leganés, 13 de febrero de 2012