lunes, 15 de abril de 2019

Fósforo

a Pilar Ruiz,
por la guardia más bonita que recuerdo

envejecer, morir,
es el único argumento de la obra.

Jaime Gil de Biedma 

la vida
quizás es sólo un fósforo
que nos encienden
sin pedir permiso

a ratos
lo ves brillar y es blanco,
como una mariposa
que trae buenas noticias


a veces
querrías que consumiera la madera
deprisa y sin mirar
y abajo reposa
la ceniza absurda,
el polvo que fuiste
y el que no echaste,
la sangre que escuece
como la piel al fuego,
ahora lenta y tan
desperdiciada


pero hay un día
en que te parte un rayo
y en el Doce no hay camas
y el SUMMA te regala un viaje gratis

porque son casi todos gilipollas
y tal vez vas al Clínico
y no cumples criterios
y no se meten porque Et al. y los legajos
y se ha muerto la abuela del radiólogo de guardia
y es que fumó mucho, señora,
y que el último mal, señor


a veces
querrías soplar un poco más
en su cerilla mohína,
acariciar su frente unos segundos,
meterle la morfina en el salino
total si ya no sufre


que no es tu padre,
pero algún día será alguien a quien amas,
y lo amas igualmente mientras cargas
los treinta miligramos
y le cierras los ojos con un gesto,
con un evolutivo
que informe de un pronóstico ominoso

a veces viene el cura
se te ocurre
a veces no descansas en la cama
a veces todo tiembla y el teléfono
suspira
pero es tu obligación,
y cierras la esclusa de las lágrimas
y vuelves a tu sitio
y continúas tu guardia.


la vida es eso
que se escapa entre los dedos
de una abuelita con afasia
cuando no puede más,
cuando cansan los ojos, duele el pecho
de tanto haber vivido.

a veces es el rayo; otras,
calvario sin final.

me alegro de que al menos
ahora el midazolam venga en ampollas
de cincuenta.


dormir es el destino de los cuerpos.
descansen por lo menos.


Hospital Universitario Fundación Alcorcón
Lunes 15 de abril de 2019, 00:22h