jueves, 18 de agosto de 2011

Cau la pluja

Cau la pluja
sòrdidament a la soledat clarobscura de la mar Mediterrània,
desapareixent sense voler-ho amb les últimes gavines que amargament es dissolen entre les meves llàgrimes.

Cau la pluja
des de ma desballestada finestra feta de desig i d'ofegades il·lussions,
de somnis sens amo,
                                 de promeses complertes,
                                                                         d'amors que anan i venen amb el vent de Llevant.


Cau la pluja
i en la meua recerca de l'impossible em vaig deixar seduir per tu, preciosa meua,
embolicant-me amb el misticisme del amor qu'emanes cada nit a l'ombra d'una miserable conexió d'Internet
i que perplex puc distingir a les petjades que dos enamorats van deixar a la vora de la mar.

Cau la pluja i jo, misteriosament feliç,
em passege per les aigües mortes prop del far de Santa Pola,
a l'espera dels records que mai no es deurien haver perdut a l'amarga soledat de les arenes guardamarenques.

Encara
cau la pluja.
                     Pobra Laureta.
                                            Este matí no podrà veure amanèixer..

T'estime :)

sábado, 13 de agosto de 2011

Neurosis de angustia II

Estúpida soledad que atormentas mi alma desconsolada en esta noche de agosto, 
respóndeme
                    por qué siento la ausencia desesperada del corazón en mi pecho,
angustiado sin remedio en un pozo sin fondo de amargura harta de ser contenida;

                    por qué mi vida es infernal desierto, gueto de penurias,
sangrando estoicamente el recuerdo de un amor que no cabe en la inmensidad del universo;

                    por qué se pudre mi alma a trozos en contra de mi voluntad,
queriendo amar y sin poder hacerlo mientras se cae el cielo sobre mi cabeza;

                   por qué desisto de añorarte sin quererlo, reafirmando mi dolor,
descontrolado en la lucidez diabólica de una cabeza que da vueltas alrededor de una guadaña.

Me estoy muriendo por dentro y no sé por qué mientras mis palabras escapan de mi boca
curtiendo con semántica imprenta este frío papel que se descama con la mirada perdida...

¿...debería saber
por qué me consumo en pedacitos?

¡RESPÓNDEME!


Cubre de una vez con tu voz de acero y piedra esta Sodoma anegada que se mece en tus dominios
llenándome de soledad cada vez que vislumbro tu negra capa en el firmamento de mis sueños perdidos,
tortúrame,
                  destrúyeme,
                                       elimíname,
                                                          ¡termina conmigo de una vez!
¿Te divierte acaso verme así?
                                               Mi único pecado ha sido amar,
                                                                                                   ¡tan solo eso!,
                                                                ¡amarla, y nada más!,
                                                                                                  amarla sin pedir nada a cambio.         

¿Es que no puede haber paz para mi alma

                                         en esta afrenta de locos que se desvencija con el eco de tus susurros malditos?
Disfrutas con mi dolor a cada instante,
                                                               me carcomes,
                                                                                     me disuelves en tus hechizos desasosegantes.
Yo ya no soy yo,
                          ni ya nada es lo que era,
                                                                tan sólo pervive un espectro del pasado de este poeta
aplastado por la lápida, cosiéndose los trozos de su inútil corazón que se desvive por seguir latiendo en soledad.

Escribo con el corazón invocando a los vientos sin que me escuchen,
                                                                                              delirando
               con las sombras de mi caverna olvidada por el mundo,
                                                                                              deseando
               huir de esta vida miserable que paso solo y abandonado para ir a buscarte dondequiera que estés.
 

No desesperes, amada mía, pronto iré a buscarte si los vientos nos son favorables,
ni siquiera el insomnio desolado al que me enfrento tumbará al poeta de pelo de estropajo.
Nada podrá conmigo.
                                    Desde mi ventana con la soga al cuello divago en los reflejos de la tormenta
desafiando la furia incandescente de los fantasmas que aprisionan mi cabeza en adamantino cepo.

              Tentado por la Muerte, soporto hierático sobre el tejado al aroma de la luna llena,
              empujándome al abismo de las dudas con artimañas truculentas forjadas al calor del Averno,
              despojando la esperanza de mi rostro con demacrada y demoníaca voz desde mi sombría ventana;
              «no te ama,
                                  ven y sálvate en mis brazos antes de desvivir en los suyos.»

Pero el corazón de este poeta
puede más que los embrujos del infame espectro que ante mí se presenta.

La soledad se apodera de mis sórdidos instintos que otrora dominaron el camino de mi vida junto a ti.
Necesito amarte.
                      Necesito que me ames.
                                                       Estoy miserablemente solo en esta anarquía de angustia infinita.
Necesito ver el brillo de tus ojos en el firmamento para dispersar la bruma sin fin en la que me he hundido
sin buscarlo ni quererlo, sólo por querer amarte demasiado en el silencio de mis sueños endemoniados,
tan sólo intentando acercarte a mi fantasía en la que vivo, a mi pesar,
tramando sin remedio tu clemente Parusía y el perdón de tus labios.
Sólo así salvarás de la guadaña a este pobre corazón destartalado que se decide entre tus ojos o el deceso.
Mas si te alejas de mis sueños, amor mío, tan solamente un poco,
permitirás que salte al vacío hacia las entrañas de la tierra y vencerán los ángeles negros.
No te vayas nunca, no me dejes más solo de lo que ya estoy, o todo habrá acabado para mí.

La locura alcanza extremos desorbitados para el común de los vivos, te lo aseguro,
y de morirme pronto, ha de ser entre tus brazos.

Algún día, alguna noche, volveremos al Paraíso del que nunca debimos salir,
te lo prometo.
                          Bajo el yugo del terror reitero mi juramento sellado en tus labios
de amarte infinitamente y sin límites hasta que la oscuridad me segue el cuello.

Mientras la lluvia de agosto me borra de las calles sin nombre
me invade la desesperación y vuelve a apuñalarme con sus trece espadas emponzoñadas de mentiras,
y cada mañana me desvivo en curar las heridas producidas por su metralla de venganza...

...mas hay heridas que no cicatrizarán nunca.


Leganés, 13 de agosto de 2011, 02:10

sábado, 6 de agosto de 2011

InterRaíl 2011 - Estrasburgo, o el entrelazamiento cuántico

Los contornos de la noche alsaciana esbozan una sonrisa en mi rostro
al tiempo que la brisa rivereña mece los finos cabellos de mi eterna amada.
Aroma y ensueño,
                        pasión compartida,
                                                    invocación al beso.

Y perdidos en nuestro atardecer de sensaciones encontradas
vuelven los viejos recuerdos de una pasión a la que nadie pondrá límites ,
encendiendo lenguas ardientes que van y vienen de nuestros labios deseantes.

Avivamos dos fantasías desordenadas de ardiente claridad,
de aguas turbulentas, de sublime palpitar nocturno sin dueño,
una sinfonía a dúo sutilmente dibujada en las sábanas volátiles de esta sacra estancia; 
 y reviviendo mis sueños de viejo conquistador, de explorador del Amazonas,
me acerco hacia la perdición de las perdiciones rendido sin contemplaciones al calor de tu piel 
transformada en fuego sagrado por el tierno susurrar de una caricia.

Eres mía,
           y yo soy tuyo,
                                   (entrelazamiento cuántico),
                                                                                y en confusión pareja nos amamos sin piedad,
apuñalando sin rencor a una soledad marchita y remota
cuyos fragmentos, desgraciados, yermos, fracasados, se queman entre cuatro labios desesperados
y dejan volar las cenizas persistentes al frío imbatible de las aguas del Rin,
donde las ninfas los ignoran hasta que se consumen por completo sin remedio ni perdón.
Esta noche ha triunfado el perfume de tu esencia de tortuga desvelada que enloquece mi joven alma,
evadido en las sombras del camino y las siluetas danzantes acunadas por la luna llena
en los escabrosos designios de un delirio consumado de deseo sincero sin fin.


Estrasburgo se rinde a la epopeya de la vida,
a la heroicidad de nuestros sueños más profundos,
a ensoñaciones desveladas en la hoguera que avivas con tu sonrisa resplandeciente.
Empiezo a comprender que eres lo sublime de la Creación,
                                                                                mi cotidiana Diosa,
la musa única y primera de la que brotan las modestas poesías que escribo en tu boca.
 Tú eres mi realidad convertida en aliento de pasión que me cobija entre tu piel desnuda,
guarida de sueños y realidades con suave sabor a coco y a mujer enamorada.
Eres mi único ángel, la flor de mi pasión desenfrenada,
que me abraza cada noche al calor de una litera sin pedirme nada más que un besito de buenas noches.
Eres mi locura de amor transformada en existencia.
                                                                     Eres el Sol de mis sentidos.
                                                                                                           Eres el amor de mi vida.


Gare Centrale de Strasbourg, 22 de julio de 2011