sábado, 28 de noviembre de 2015

Hálito

Viendo
sufrir las estaciones.

Tardará en caer
la luz
que desangra
sobre la piedra oscura
itinerarios de ceniza.

(Si tan sólo
ella
se llevara todas mis palabras... )

El frío más allá de una perífrasis de muertos.


Leganés, 28 de noviembre de 2015
02:16

lunes, 16 de noviembre de 2015

Insomnio - nº 7: Introspección

No anhelo que despistes el placer que se atribuye al pensamiento racional.
Me falta la mirada infructuosa del atisbo mal oculto en el desgarro colosal de un infiltrado de sílabas y viento.
Tan sólo socorren la gris escuadra que del aura cabe huir entre las noches de mi insigne prohibición,
desaforada por el llanto y el cantar de las imágenes perdidas en la sombra misteriosa
de los árboles de otoño que gravitan, impertérritos, en claros, desafiantes maleficios recreados.

Intento constelar una metáfora, canción de hojas de frente sosegada,
disparo a medianoche del sentir misericorde de la angustia revelada
más allá de cuanto insólito vestigio recordáremos, ufanos,
en un tiempo de palabras que nos muestran perdiciones de otras vidas más lejanas,
inquietudes ya deshechas de una muerte prolongada, perversión ineficaz de sonetos indefensos
que se quieren escapar de la mirada temblorosa de la hacienda de la idiocia, y descarnar un sentimiento ya escondido,
irrevelable.

Ya no es tanto por codicia, sino sólo por retórica piedad;
yo me pregunto: ¿de qué hemos fabricado los designios
que divergen de la púrpura penumbra de un deseo que se avecina en el presente inhóspito?,
¿es que acaso vale más un sinsentido
que apagar con luz y rastros de vehemencia
aquella llama entretejida de relatos mal contados,
de avaricias desmedidas, de rivales y de muertos?

Yo no rezo por París. Yo los percibo por su indigna desventura. Y con patrones
que devuelven, invisibles, música de la tragedia, quedarán y nos dirán
que hubo otros años en que éramos felices
y guardábamos la noche de secretos y temblores en un cuarto bajo llave.

Ya no hay tiempo cerebral. La noche acecha.
Perdamos bien el tiempo que nos queda.

Escritura automática.
Biblioteca de la Facultad de Ciencias Químicas.
Universidad Complutense de Madrid, 16 de noviembre de 2015, 19:30

lunes, 2 de noviembre de 2015

El loco

Le gusta ver pasar las estaciones desde la ventana de su cole.
Y le llaman loco
                           porque disfruta
haciendo sistemas de ecuaciones en la arena,
mirando a las palomas en el cielo,
estudiando lenguas muertas en el patio.

Nunca tuvo amigos.
Todos le maltrataron.
Excepto uno.

(El tiempo
lame
casi todas las heridas...)


La vida
a veces tiene ese sabor amargo.

2 de noviembre de 2015, 18:14 

Perfusión



A rata 1 y rata 2, con póstumo cariño

Deshacen sus angustias los reactivos en el tarro.
El aire perfundido del quirófano está triste;
lo sé, porque disuelve las palabras
en ecos huecos de arrepentimiento.


El tiempo que pasaras sin nosotros
la luz que enjaula, gris, tu sufrimiento
reposa en una esquina,
te escondes del designio de la ciencia.
Detrás de la campana se entreven
los ojos sumergidos en salino.
Parece cierto: no me has olvidado.


Seguir el protocolo no es excusa.
Me queda recordarte, vivaracha, entre las manos,
contigo a media voz sobre la mesa
aquella en la que antaño caminabas entre cajas,
cerrándote los ojos con cariño,
tratando de fijarme en tu mirada
detrás de la campana de los gases.


Ya todo ha terminado,
y ahora te desangras en la pila.


No quiero 
acariciar esos despojos de la bolsa
sin cabeza
que hace diez minutos fueron alma.



Hospital Clínico San Carlos.
Día de Difuntos de 2015