martes, 23 de diciembre de 2014

Invierno

Confabulo un espectro de noche revelado de entraña a entraña.
Me quedan algunos trozos en el corazón, que sienten, que disienten,
que mueren de miedo y de frío despacio, como el alma desnutrida tendida sobre la tierra amarga.
Escribo y deshago las suturas para sentir calor,
el triste aliento que queda en el aire púrpura del tiempo que pasamos.
Sueño primaveras paralelas, que no controlo, que manejan mis instintos,
que me asustan de madrugada para tentarme.
Pero esto es el invierno, y no se muere, y no se acaba.
No puedo percibir las lúgubres variables que ahora flotan en el aire, en el techo, en las columnas.
No puedo percibir la llama, se fue haciendo más pequeña con el tiempo, el maldito tiempo.
No puedo percibir las manos que me saquen de este abismo de pobreza infinita.
No puedo ni tan siquiera escribir con dignidad suficiente para dejarme caer sobre la tierra gris.
Y sí, tengo un espectro de noche que me marchita palabra por palabra
y en mi profundo masoquismo cierro los ojos y me dejo consumir por la tormenta.

Si supieras hasta qué punto fue marzo hasta hace un rato.

23 de diciembre de 2014, 20:48