sábado, 6 de agosto de 2016

Retorno II

Tu música, brillando rutilante como el amanecer alpino.
Tu música, equinocio de un pentágono de rosas.
Tu música, que enternece el sueño de las mariposas.
Tu música, fiel voluntad misteriosa, dulce aleteo divino.

La tempestad indescriptible ha sido convenientemente consumada
Tus cabellos, aún revueltos, me improvisan unas décimas alejandrinas.
Me arropan tus versos y el eco azul de las primeras golondrinas
en esta casa, palacio ausente, escondido tras la niebla dorada.

Como una errante planta, mis manos buscarán la temprana luz de tu mirada.
Tus ojos guiarán nuestras recordadas sombras como auroras de verano.
Verdad inmarcesible, involucrada en el anhelo gris de la palabra varada.

Como en los años del incoherente diluvio, resurgirá un voraz ardor, furor arcano
desterrando de nuestra eternidad nuestra esperanza nuevamente realizada.
Seremos infinitos. Esta cruel, amarga, ardiente oscuridad no será en vano.

Madrid, 6 de agosto de 2016, 15:04.

lunes, 1 de agosto de 2016

Íntimo

Si estuvieras aquí,
si tu mirada hipnótica
consiguiera despertar de su letargo
a esta soledad maldita,

si fueras capaz de acariciar mis versos como antaño,
si pudieras
coger mi mano en estas noches frías de veran,
si todo cuanto amamos
se reuniere
en intimísimo filandón
con cálamos y hogueras al filo de la noche,


si dejaras tu perfume de luz de incandescente luna
en cada último rincón de nuestra casa,
derramando sueños en las sombras de los sauces.

La fértil Tramuntana
no avienta mis palabras de esta noche,
pálidamente inervadas
por un estandarte de verdad
embozado de angustias.

Vestigio pretérito nuestra soledad primera.
Transformemos los inviernos en caricias.

con Barcelona en el recuerdo,
Leganés, 1 de agosto de 2016