sábado, 30 de octubre de 2010

Delirium tremens

From childhood’s hour I have not been
As others were; I have not seen
As others saw; I could not bring
My passions from a common spring.
From the same source I have not taken
My sorrow; I could not awaken
My heart to joy at the same tone;
And all I loved, I loved alone.
Edgar Allan Poe, Alone

Miserablemente solo, ajeno a todo, vagabundo,
recorro la ciudad sin saber adónde me dirijo.
Se apodera el olvido de otro pedazo de mi vida
y poco a poco va acabando con mi alma.
Esta noche me veo solo, muerto, inquieto, desafiante,
sin ganas de vivir ni de seguir viviendo,
sin esperanzas de esta vida malvada y solitaria.
Una leve esperanza agita mi deseo,
pero se disuelve sin más en cuatro gotas de lluvia.


He aquí mi realidad maldita:
deseo morir para así poder contemplarte desde arriba,
así nada podrá evitar que mi espíritu esté contigo.
He aquí mi realidad terrible:
quiero olvidarlo todo y quedarte conmigo,
pero todo esfuerzo es vano frente a la soledad más absoluta.


Solo, tremendamente solo, y rociado por la lluvia
me concentro en recordarte en esta noche de penurias,
y me reflejo en los charcos con el semblante vacío.


Muerte y destrucción.
¿Qué importa la vida si no es contigo?
Llévame contigo, Naturaleza asesina,
y una vez por fin desprendido de toda materia yerma y descompuesta
muéstrame el corazón puro de mi amada infinita
para morar en sus recuerdos por toda la Eternidad.

Lluvia

Tristemente solo, misteriosamente ausente, veo caer la lluvia desde mi ventana.
Inútiles recuerdos.
                                     La vida en soledad poco menos vale que la nada.
Despertando voy de un sueño perdido de amor y libertad,
muriendo estoy en esta realidad de delirio y lágrimas.


En la oscura penumbra aún se dibujan los cálidos contornos
de un amor que se fue lejos de la luz de mis ojos.
Sombra y fuego, los esbozos de la tierra se pierden en un mar de lágrimas.
Tormentosa juventud, camino sin retorno.


Parecen las gotas divertirse en la caída, y aún más:
con gentil soberbia discurren por el cristal de mi vieja ventana
y caen lentamente, disfrutando el momento,
dibujando en su acuoso sendero unas palabras de recuerdo.
Solemne, contemplo las oscuras nubes
en esta noche lúgubre de turbias realidades;
en el cielo gris apenas queda un rincón por el que busco tus ojos,
mas, iluso, me paro a observar, y no te encuentro.


La tormenta arrecia. Mi amor, empapado de rocío nocturno,
se retira al calor de su propia soledad con la mirada fija a lo lejos,
subsistiendo sin el dulce aroma de un día de sol radiante
que ilumina en el horizonte la silueta de un amor eterno.
Esta noche no habrá luces ni sombras, sólo el gris de las nubes,
un gris que se apodera de lo más profundo de mi ser
mientras un susurro lejano me recuerda que, aunque lejos,
aún pervive en tu mirada una caricia inquieta, un beso perdido...


Y entre tanta soledad y olvido, pienso en ti, amor mío,
y un suspiro huye de mis labios cansados
en este noviembre oscuro y sibilino donde el gris domina el mundo...

viernes, 22 de octubre de 2010

Quasi una leggienda

De amores no entiende el tiempo todavía.
Frágil sentir que en mi corazón habitas,
lazo de sangre y fuego, indómita pureza
más allá de la vida y la muerte
ilumina esta noche a media luz en sombras
con dos jades por luceros llenos de viento y esperanza.

Soledad maldita, que mi pesar cobijaste,
quita las ataduras de mi rauda imaginación
y déjame salir en busca de mi amada...

Dos lágrimas se advierten, directas del corazón.
Tu amor lo es todo y, sin él, yo apenas nada;
sin ti una mitad de mi alma de poeta enamorado
se pierde en los siniestros reflejos de la noche.

Mientras paso las horas de esta madrugada sombría
rodeado de fórmulas, apuntes, libros y sueños a media luz
a veces, entre péptido y péptido, pienso en ti

y recuerdo tus labios sobre mí,
el dulce caramelo que manaba de tu boca a cada instante,
plata líquida temblante y deliciosa que no dejo de beber;
el ímpetu carnal de dos cuerpos en uno
y la inocencia de un amor eterno, legendario,
que un día será aún más si cabe una explosión de sentimientos,
sensaciones encontradas, incombustible llama,
donde ser para ti todo y de ti uno solo será la única
                                                                                       [razón de mi existencia.

De amores no entiende el tiempo todavía.
Mejor así: que tu amor no salga nunca de mi vida,
ojalá que la leyenda perdure en la noche de los tiempos
y seamos por fin el uno para el otro y nada más,
para que seas feliz tanto como ya lo soy,
para que toda la vida prosigas hipnotizando mis sentidos
y para que nuestro amor, ajeno a todo, sea infinidad y perfección.

martes, 12 de octubre de 2010

Si puer cum puellula

Si puer cum puellula
moraretur in cellula,
felix annoncio!

Amore suscrescente
pariter e medio
avulso procul tedio,
fit ludus ineffabilis
membris, lacertis, labii
Carmina Burana, poemas profanos medievales

Amarte lentamente, gota a gota, beso a beso,
soñar otra noche más sin saber que estoy despierto,
vivir por siempre junto a ti, desafiando al tiempo,
ser para ti y de ti uno solo, ser amor y ser eterno.
 
En mi ansiedad de amor desesperado y deseante
sólo quiero saborear un poco más de ti, preciosa,
sólo aspiro a conocer el rincón más recóndito de tu dulce boca,
sólo quiero seguir unido a ti un instante... 
                                                                    ... tan sólo un instante.

Cae la lluvia en este otoño madrileño.
Cuatro ardientes labios me separan de la libertad,
una libertad que no quiero
porque sólo anhelo ser el único prisionero de tu amor de fresa,
                                                                                          tu prisionero...

De celos se esconde el sol entre los montes:
es el triunfo victorioso de la maravilla de tu esencia,
                                                                                    nuestra esencia,
blanca pureza que haría temblar al lucero más brillante...

Cuatro meses después aún consigo preguntarme
que sería de este pobre amor sin tus recuerdos,
por qué no descubrí antes el secreto de tus ojos.

Y brillando en la noche de los tiempos
se percibe en el horizonte una promesa,
un lazo inexorable, almas entrelazadas.

Por muy lejos que esté siempre observo esa luz,
                                                                          nuestra luz... 
ardiente fuego, sueño de amor,
                                                 de nuestro amor...

Te quiero.


domingo, 3 de octubre de 2010

Campestre

A la luz de la lumbre de olivo y fresno
alumbro mi alma en este otoño tormentoso
gritando a los gélidos vientos por tu ausencia.

Entre auroras de fuego y aceituna, pienso en ti,
dulce y turbulenta, ímpetu vivo, amor eterno,
en la luna llena se refleja mi pena
y en tristes ascuas se consume.

A la luz de la lumbre de olivo y fresno
vaga mi corazón sombrío, helado,
buscando una salida que no existe;

y no reviven mis sueños de amor por mucho que los evoque,
sólo tú, pobre amor, eres mi salida,
                                                         pero no estás…

Y ya no sueño ni quiero soñar,
quiero saborearte lentamente,
quiero apreciar cada detalle de tu esencia
mientras no me separo de tus labios ardientes.

Soñar no es sino pasar el tiempo apesadumbrado
sin saber adónde ir para encontrar tus ojos,
mientras me cubren las cenizas y la muerte
en esta madrugada yerma y solitaria en la que me muero sin querer.