domingo, 12 de abril de 2020

Aquí, tú y yo, las nueve

a L., 
otra vez

Soñé con que te quiero. Y en el sueño
miré el reloj confirmando esta hora
en la que me dijiste que me amabas
sentada en soledad de tu silencio.

La mano halla camino por los rizos
mientras giras el cuello hacia mis labios.
(Nunca pensé en los tiempos y distancias
en el lento proceso de besarte.)

Deja que abrace el filo de tus gafas:
por ellas, tan sensual, tímida, astuta,
sincera y misteriosa, te revelas

y giras a mi lado. Y es eterna
esa feliz mirada que, en mis sueños,
recorre cada noche de mi vida.

12 de abril de 2020, 01:15