sábado, 28 de agosto de 2010

Allá lejos

I.

Recuerde el alma dormida,
avive el seso y despierte
contemplando
cómo se pasa la vida,
cómo se viene la muerte
tan callando,
cuán presto se va el placer,
cómo, después de acordado,
da dolor;
cómo, a nuestro parecer,
cualquiera tiempo pasado
fue mejor.

Jorge Manrique

Allá lejos.

Allá lejos, muy lejos, donde nada se interponga.
Allá lejos fuiste a por una vida distinta
y allá lejos dejaste la única vida que tenías.

Allá lejos huías con sigilo por la ventana del recuerdo
de una familia que nunca estuvo allá y acá se queda,
allá lejos llevaste tu corazón,
de allá lejos lo trajiste
y allá lejos se marchó.

Allá lejos, donde la soledad se vuelve libertad,
allá lejos cual viento montañés marchaste,
sin rumbo fijo y sin lógica aparente,
pero allá lejos marchaste.

Allá lejos.
Allá lejos, muy lejos, donde nada nos detiene.
Allá lejos encontraste de tu mundo sutil un mundo de oportunidades,
y allá lejos chocaron ambos mundos entre sí
y allá lejos el mundo tocó a su fin.

Allá lejos se marcha un recuerdo,
allá lejos pervive la leyenda,
allá lejos los corazones se unen
pero allá lejos se congelan.

Allá lejos huye con sigilo un mundo cruel,
un mundo de injusticias, en definitiva, un mundo,
y allá lejos retorna el eco de una presencia que ya no está...

Quiero creer que allá lejos, aun más allá, si cabe,
donde la vista no alcanza,
allá lejos, muy, muy lejos,
el resurgir poderoso de la heroína valerosa
eclipse un más allá aún por descubrir
y que más allá de la vida, más allá del mundo,
allá lejos una eternidad de lejanías nos aleje un poco más
de este mundo miserable
donde un "allá lejos" se presenta como un "hoy",
donde un "más allá" se presenta como un "luego".

La mitad llenos de rabia,
la mitad muertos de frío,
se presenta esta realidad inefable y necia,
mas al mismo tiempo necesaria.

Allá lejos se consume la llama de la justicia.
Allá lejos se enciende la luz de la esperanza.
Allá lejos van a parar nuestras lágrimas.

Y allá lejos dan con el fluir de nuestros corazones en el mar.

28 de agosto de 2010

A la memoria de mi prima Elena.
Descansa en paz.

viernes, 27 de agosto de 2010

Luz

Como un idiota, encontré en la muerte
algo de inspiración en que servirme,
y aturdido en mi frágil existencia en soledad
pensaba neciamente que nunca volvería a amarte.


Un ayer expectante, un hoy sin palabras.
Una vida vacía, dos vidas felices.
Qué podría decir que no supieras, preciosa...


Hoy descubrí que hay luz al final del túnel.
Después de todo parecía mentira que mi vida tuviera sentido,
pero, de un modo u otro,
la penumbra del corazón súbitamente ha huido
y cientos de besos de amor eterno
pueblan esta noche mi fantasía y mi realidad.


Lo bueno no es eterno, dicen,
y después de todo hoy también te echo de menos,
pero ... ¿quién sabe?, mejor así,
porque poco a poco se aprecia mejor tu perfección,
porque así cada día, cada noche, en cada sueño,
en cada pedazo de realidad que me permite estar contigo,
contemplo delicadamente todo cuanto ahora quiero
y todo cuanto he de querer por siempre.


Puede que me vaya pronto,
puede que no te haya besado lo suficiente,
puede que aún añore tu boca, tu cuerpo, tu alma, tu ser, tu amor,
lo cual es evidente y muy justo,


pero mi alma está siempre allá donde estés,
es tuya, sólo tuya, y de nadie más, siquiera mía,
y allí pervivirá por siempre en tu corazón hasta el fin de mis días.


Horcajo de Santiago (Cuenca), 27 de agosto de 2010

sábado, 21 de agosto de 2010

Soneto VII

Esta noche tu amor se me presenta
como un alma muerta de hambre y de frío
que vencida por el olvido y el hastío
busca estar contigo y sin ti se atormenta.


Tus cabellos de lino, tu aroma a menta,
me producen tal tremendo desvarío
que tan sólo tu recuerdo, amor mío,
aún persiste en una soledad que en mí se asienta.


Ojalá vinieras esta noche a mi presencia,
ojalá pudiera besarte y abrazarte,
ojalá pudiera sentir tu dulce existencia;


pero en esta noche en la que intento acurrucarte
junto a mí en la razón de mi pasajera intransigencia
me duermo despacio, solitario, intentando recordarte...

viernes, 20 de agosto de 2010

Poemas sueltos, I

1. Tempus fugit


Pasa el tiempo.
                        Incuestionablemente.
                                                          Necesariamente.
Mi corazón muere despacio por no tenerte entre mis brazos.
                            
Pasa el tiempo.
                         Sin reparos.
                                             Sin razones.
A veces, parar el tiempo es la mejor solución posible.


2. Muerte en el olvido


Muerte en el olvido.
Mi corazón se estremece cuando tú no estás,
necesito de tu consuelo para seguir viviendo.


Olvido en la muerte.
Los recuerdos fluyen estrepitosamente con mis lágrimas
mientras te espero otra vez sin resultado.


Muerte en el olvido.
Si te vas, yo también voy,
si no vienes, yo no iré.


Olvido en la muerte.

Sólo algo más lejos de mí
y todo habrá acabado.

Muerte en el olvido.
Mátame  si quieres, desamor,
pero no me tortures.

Olvido en la muerte.
Descubrir el secreto del amor...
                                                 ...la vida eterna.



3. Noche sin luna


Feliz sin vida.
Gritos del desamor
me asesinan.

Alegría oscura
de esta sórdida penumbra
que me alumbra.

Amiga muerte,
ven esta noche sin luna
que me adormece.

Que mi amor no está,
mátame una vez por todas,
déjame en paz.

Quiero ser tu estrella,
mirando siempre desde el cielo
desde la Luna a la Tierra.

Quiero yacer en tus brazos,
sublime éxtasis de amor, preciosa,
y morir por fin enamorado.

Alegría oscura
de esta sórdida penumbra
que me alumbra.

Amiga muerte,
ven esta noche sin luna
que me adormece.

jueves, 12 de agosto de 2010

Sueños

Abrazado a la triste soledad de mi existencia
vuelvo a consumirme en llantos desconsolados
mientras gota a gota, verso a verso, se pudre mi alma
en el rincón más oscuro de la oscuridad de mi tristeza.


Hoy vuelvo a llorar sin ti, mi vida,
hoy soy nuevamente una masa informe de amor y lágrimas
harta de realidad
                                y ansiosa de sueños...


Tan sólo quiero seguir soñando un poco más,
lo suficiente para que afloren los recuerdos felices
hasta que sienta de nuevo que tus labios rozan mi boca como la primera vez
y te fundas conmigo en una promesa de amor eterna.


Mientras el sueño se apodera de mi ser, te lloro amargamente
porque no estoy seguro de encontrarte en el horizonte de mis pensamientos.
Tal vez soñar sea la salida...


Mas mi amor me mantiene en vigilia constante
a la espera de que un día deje de soñar sin sentido
y abras sin hacer ruido la puerta de mi habitación
para después estar junto a mí y así soñemos juntos...


Sé que ese día aún está muy lejos,
tanto que el sueño me vence una noche más
y hoy tampoco podré estar contigo...


No pierdo la esperanza, preciosa mía,
y confío en que alguna madrugada serena abras esa milagrosa puerta
y vuelvas a estar junto a mí una noche más...

lunes, 9 de agosto de 2010

El sueño de una noche de verano

Dos lenguas de viento mecen las cortinas de la habitación
y me hacen llevar la vista hacia otra parte
anhelando que tal vez sea tu amor, que dulce y sinuoso
intenta entrar entre las sombras para acompañarme.


A mi lado hay una cama vacía, no hay nadie:
solo, con mi soledad a cuestas, en esta triste madrugada
en la que los ruidos de la gente y la prosa de la radio
se entremezclan y asaltan mi cabeza
buscando tus recuerdos en el desierto de mi subconciente
para no dejarme soñar contigo...


Sé que no vas a llamar a mi puerta esta noche,
alejado de ti esta noche me invaden los fantasmas
y por fin,
cuando estoy a punto de encontrarte entre mis pensamientos,
efímera, sutil, desapareces de mi mente
y me mantienes en vigilia permanente otra noche más.


Sé que no vas a dormirte a mi lado
en la cama vacía que acompaña mi pesadumbre nocturna,
pero a veces me gusta soñar
y fantaseo con tu imagen durmiente a mi lado
mirándome con esos ojos inocentes, irresistibles,
pidiéndome un "te quiero" y otro beso de buenas noches...


Definitivamente, hoy no quiero ser yo:
hoy quiero soñar y vivir con tu presencia,
hoy quiero ser poeta enamorado
                                                      y no poeta a secas,
hoy quiero volver a examinarte con ternura
e hipnotizarme con tus dos luceros de amor eterno
para después sentir el dulce sabor de tus labios ardientes
y después... quién sabe...


Pero esta noche no va a ser así,
porque la realidad es el deseo frustrado del poeta desesperado,
y he aquí mi realidad,
                                   la maldita realidad,
una realidad que hoy no quiero sufrir
porque en realidad sólo quiero estar contigo...


Membrilla (Ciudad Real), madrugada del 7 al 8 de agosto de 2010

viernes, 6 de agosto de 2010

La belleza de un instante (meditación tercera)

Hace un instante
mis labios enamorados encontraron el aroma de tus besos por última vez,
hace un instante era feliz.
                                              Ahora soy poeta.

Soy feliz viviendo la belleza de este momento,
tu belleza,
cada vez que te encuentro reduces mis sueños a polvo
y lo que veo me apasiona en tal medida
que soy consciente de que necesito de tu amor para seguir viviendo...

Tan sólo un instante: cuestión de segundos,
pero te echo de menos como si en vano hubieran pasado los años...


Y cuando todo se va,
cuando tú no estás,
cuando mi alma de poeta muere en el intento de retenerte entre mis brazos
me pongo a llorar como un idiota
esperando a que me consueles con tus labios de miel.

Me posee el miedo de volverme hacia ti y no encontrarte,
el miedo a olvidar,
porque aunque aún conservo el dulce sabor de tus labios en los míos
no soy perfecto
                            y a veces olvido...

En cambio tú sí eres perfecta,
por eso te quiero tanto, preciosa,
porque al verte cambia el paradigma de lo bello en sí
tú eres el final de un camino de perfección que recorro eternamente
en la búsqueda de mi vida, mi amor y mis principios.

Recuerda que tus besos dan sentido a mi vida,
recuerda que mi felicidad se esfuma cuando no percibo tu hipnótica mirada,
recuerda que, estés donde estés, siempre y en todo lugar
te amaré infinitamente hasta el fin de mis días.

miércoles, 4 de agosto de 2010

Hoy (meditación segunda)

Hoy vuelvo a encontrarme con mi ventana, compañera,
para inspirarme en la soledad de mi amor solitario y profundo.
Hoy vuelvo a morir de amor un poco más
a la espera de una mirada que cambie mi vida,
a la espera de una belleza sin igual que hipnotice mis sentidos.


Hoy también necesito estar contigo,
hoy también busco tus besos en el aire que respiro
                                                                             y no los encuentro.
Hoy también me muero de soledad y de frío,
hoy también se suicida otra sonrisa de mis amargos labios
encadenando el alma y mi amor a lo más profundo de la tristeza

Hoy los buitres picotean mi corazón cada hora
y a cada hora mi amor se regenera,
pero la infinidad de mi castigo en soledad
convierte lo poco que me queda de alma sin amor y mis huesos
en miserable carroña,
en comida para pájaros...

Ojalá nunca fuera hoy para estar contigo...
Ojalá nunca fuera hoy a cambio de un ayer feliz
Ojalá nunca fuera hoy para un futuro incierto
Es un hoy que se va con el viento nocturno,
un adiós a la esperanza, una muerte en el olvido de los tiempos.

Hoy es una esperanza, un anhelo del porvenir,
mas ya todo es polvo, es humo y sombra,
pues es un hoy muerto de frío
que danza, incorpóreo, al viento de la noche.


Hoy
es un hoy ávido de amor y de cariño
que lentamente se vuelve un mañana amargo...

domingo, 1 de agosto de 2010

Soledad (meditación primera)

Cada noche,
mi alma, sigilosamente tranquila, intenta ir al encuentro de la tuya,
muriendo por el camino,
recuperándose con tus recuerdos,
                                                   mas sólo a veces,
intentando subsistir en este tórrido agosto madrileño
en el que hasta los sueños se mueren de sed...


Cada noche te busco en la luz de las estrellas,
en la frescura de una brisa atenuada
por cuarenta y seis grados a la sombra.


Cada noche me hipnotizo con tus abrazos soñados,
deseando que cada beso,
                                       cada caricia,
                                                          cada momento,
                                                                                sea único...
Pero todo son ficciones de un subconsciente desesperado,
un ser perdidamente enamorado de tu esencia,
una vida vinculada inexorablemente y sin retorno a la tuya.


Y mi corazón huye sin saber adónde
por los senderos que marca el olvido
husmeando entre la hierba buscando tu perfume de mujer enamorada,
escudriñando hasta el último milímetro cuadrado de tierra
tratando de encontrar algún beso tuyo perdido
por el camino que lleva a tu lejano paraíso...


...pero nunca hay nada...

No obstante, te quiero demasiado para dejarte caer en el olvido,
y por eso sigo esperándote, en mi soledad, en la soledad del tiempo,
en la soledad del amor, en la vida, en la muerte y en el viento...