miércoles, 8 de octubre de 2025

Ceniza

Fuiste verso callado, eres insomnio,
serás un paroxismo de violetas.
Harás un gesto tosco. El tibio encanto
de la encontrada mano
será, acaso, amargo en tu silencio.

Fuiste rejón de luz. Hubo una tarde
en la que mis temores te buscaban.
Y sin apenas lástima, sin despeinar la voz,
dejaste que la ausencia susurrara el camino,
azul, como otras veces.

Pero no hubo silencio. En el rincón
piadoso de la voz, donde el destierro
me incordia, mano a mano con el brillo
de tus gélidos ojos,
tu canto siempre viene a visitarme
mientras que al mar arrojo mis lamentos
que la marea devuelve y que el salitre oxida
desvaneciendo, inermes, su compasión perdida,
así como la brasa se apaga en la ceniza.


Madrid, 8 de octubre de 2025 

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