martes, 7 de septiembre de 2010

Camino

Mientras sufro un poco más esta noche
se termina de marchitar la tímida flor de mi vida,
                                                                      la rosa de mi amor,
y en su lugar cientos de abrojos espinosos
se ciernen sobre mi asentado pesar
sangrando sin remedio mi blanca fantasía
y mutilando mis recuerdos...


Recordar
ya es sólo dejar pasar el tiempo sin sentido
buscándote y no encontrándote en las profundidades del pasado.






Ya no sé si mis recuerdos son mis recuerdos,
ni si mi vida es mi vida,
ni si mi amor...
                           ...no.
                                    Mi amor es infinito y eterno.




Al querer encontrarte
te pierdo en un sinfín de búsquedas,
y mi amor se desangra por el camino
mas con un leve hilo de vida permanece consciente
                                                                   y esperanzado.
          
Se hunde otro día más de mi vida.
Entre sollozos, la sensación de haber perdido el tiempo...


Pero en lo profundo de la noche
al fin - ¡por fin! - te encuentro en la lucidez de mis sueños.
Sé que no eres tú,
                           pero ¿quién soy yo?


Qué más da,
me pregunto a veces cuando miro al horizonte
sin saber muy bien hacia dónde dirigirme para contemplarte.


Y así pasan los días y los meses,
muriendo y resucitando en un largo camino.


Pero la esperanza del mañana,
                                              del mañana efímero y sutil,
hace resurgir mi alma de las cenizas del desamor.


Y desvaneciendo mi alma en la oscuridad de mi pesar
muere otro día, se escapa otra noche,
y mañana será otro día.

No hay comentarios:

Publicar un comentario