martes, 10 de enero de 2012

Amnesia retrógrada

A veces
quien no olvida su pasado se condena
a repetirlo.


Para Silvi, con cariño


Olvídame.
No quiero que vuelvas a recordarme.
No sabes nada.

Ya no se si te he mentido o me mentí yo misma
odiándote y sintiéndome odiada al mismo tiempo.

Olvídame.
No sabes quien soy mas allá de antiguas palabras
que ya no sirven.

Romper mi cruel realidad (esperpento
mas propio de guiñoles que de humanos)
es todo cuanto pido: la confianza
de que podemos cambiar el futuro.
Cuando mirar atrás es perderse en el infierno
para siempre,
¿por qué echarlo todo a perder, amor,
sabiendo cuanto te quiero y te he querido siempre?

Necesito huir del cadalso de mis noches,
desplazar los recuerdos fatuos del pasado,
derramar su sangre sobre el altar;
necesito cortar las alas a los sueños,
despertar intencionadamente sobre ti,
redimir mi lóbrega pena en cada beso
hasta morirme de amor entre tus brazos;
dejarnos llevar por la pasión, defenestrar
las experiencias previas al cataclismo;
¿para qué dejar volar la mente?

Sintamos. Soñemos juntos,
pues ya no tiene sentido llegar a otro puerto.
Descubre lo que sientes,
desea, sueña; vuela conmigo, cielo...
No te negaré ni besos ni caricias
(y te daré muchas más si me dejas),
yo tan solo te ofreceré la espada
para matar a los demonios que nos separan;
cógela y seré tuya.

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