jueves, 5 de septiembre de 2013

Spiegel


La lágrima fue dicha.

Ángel González


El recóndito vestigio

que dejan las palabras en la bruma.

La mirada
que convierte la voluntad del relámpago
en desacreditado recuerdo.

Nunca olvido mi pluma. Me visita
en las noches pálidas de fin de verano
para escuchar mi insomnio.
No sabe de amor ni de odio.
No sabe de voluntad.
Sólo escribe
lo que yo le ordeno.

Hombre triste, triste pluma.
Vida marchita y recóndita en nubes grises
sin palabras.
                    Aquí solo quedan lágrimas
de tinta.

No soy quien soy,
ni esta casa es ya mi casa.
Soy Lorca. Soy un fantasma.
Soy su cadáver escondido
en la arena sin rumbo.
Soy
un cuerpo de amor
                             desmembrado
que ansía volver
sin mirar atrás,
sólo página a página
de principio a fin.

Qué somos sin ti,
amor.

        Qué somos sin ti.

Leganés, 5 de septiembre de 2013
01:25 


No hay comentarios:

Publicar un comentario