jueves, 19 de septiembre de 2013

Último

... un ram convuls de síl·labes de vidre...

Vicent Andrés Estellés

Se despidieron en aquel sórdido café de los cincuenta
con la mirada que esconde los besos en la luna.
No volvieron a verlos por aquel lugar. En temporadas,
ella escondía mensajes entre las tablas de las mesas,
silenciosa entre las ramas de los robles desestructurados.
Miraba, vez tras vez, el reflejo inquebrantable, luces vivas,
ardor, temblor de plata sin remordimiento aparente.
Pero aquella noche no volvería a despertar bajo la lluvia.
No la había esperado. En las torres desamparadas de octubre,
otras miradas bajarían por la condenada niebla,
se llevarían sus flores, sus canciones, sus versos, sus intimidades,
chillarían con timbre agreste las odas de esos años que ya no importan.
Incluso en sus peores sueños, soñaba con él.
Pertrechada al único abrigo de sus sentimientos
cae la lluvia a medianoche sin remedio.
Se borra la tinta. Incesante, hace desfallecer las memorias
la hierática campana que anuncia el invierno de los cuervos.
Ya no queda nada. Las cenizas, se las llevaron las últimas lluvias.
Tan sólo permanece el acre olor de la tierra destruida.



Leganés, 19 de septiembre de 2013.
22:59 

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