Aquí yacen los huesos de una mujer y un hombre
que, no se sabe cómo, lograron ser felices
diez minutos seguidos.
Luis Alberto de Cuenca
O podríamos
morder el
suelo
abrir en canal nuestras angustias
gritarnos sin sentido
morir
matarnos poco a poco.
Podríamos vivir juntos
abrazarnos cada mañana de primavera
quitándome aquella exigua sábana.
Podríamos volver a
Barcelona.
También podrías
despertarme con café y con rosas
antes de irte a trabajar,
mirarme
como
me mirabas las tardes de marzo en el Retiro
cuando eras joven y me escribías
poemas.
O tal vez
podrías estrangularme
lentamente
poco a poco
día tras día
sin
prisa
esperando
a que
la
nada
resuelva tus problemas.
Podrías
dejar de tener razón.
Podrías
simplemente
callarte.
Y mirarme,
y decirme "te quiero",
y ya está.
Leganés, 26 de enero de 2017
No hay comentarios:
Publicar un comentario