sábado, 6 de agosto de 2011

InterRaíl 2011 - Estrasburgo, o el entrelazamiento cuántico

Los contornos de la noche alsaciana esbozan una sonrisa en mi rostro
al tiempo que la brisa rivereña mece los finos cabellos de mi eterna amada.
Aroma y ensueño,
                        pasión compartida,
                                                    invocación al beso.

Y perdidos en nuestro atardecer de sensaciones encontradas
vuelven los viejos recuerdos de una pasión a la que nadie pondrá límites ,
encendiendo lenguas ardientes que van y vienen de nuestros labios deseantes.

Avivamos dos fantasías desordenadas de ardiente claridad,
de aguas turbulentas, de sublime palpitar nocturno sin dueño,
una sinfonía a dúo sutilmente dibujada en las sábanas volátiles de esta sacra estancia; 
 y reviviendo mis sueños de viejo conquistador, de explorador del Amazonas,
me acerco hacia la perdición de las perdiciones rendido sin contemplaciones al calor de tu piel 
transformada en fuego sagrado por el tierno susurrar de una caricia.

Eres mía,
           y yo soy tuyo,
                                   (entrelazamiento cuántico),
                                                                                y en confusión pareja nos amamos sin piedad,
apuñalando sin rencor a una soledad marchita y remota
cuyos fragmentos, desgraciados, yermos, fracasados, se queman entre cuatro labios desesperados
y dejan volar las cenizas persistentes al frío imbatible de las aguas del Rin,
donde las ninfas los ignoran hasta que se consumen por completo sin remedio ni perdón.
Esta noche ha triunfado el perfume de tu esencia de tortuga desvelada que enloquece mi joven alma,
evadido en las sombras del camino y las siluetas danzantes acunadas por la luna llena
en los escabrosos designios de un delirio consumado de deseo sincero sin fin.


Estrasburgo se rinde a la epopeya de la vida,
a la heroicidad de nuestros sueños más profundos,
a ensoñaciones desveladas en la hoguera que avivas con tu sonrisa resplandeciente.
Empiezo a comprender que eres lo sublime de la Creación,
                                                                                mi cotidiana Diosa,
la musa única y primera de la que brotan las modestas poesías que escribo en tu boca.
 Tú eres mi realidad convertida en aliento de pasión que me cobija entre tu piel desnuda,
guarida de sueños y realidades con suave sabor a coco y a mujer enamorada.
Eres mi único ángel, la flor de mi pasión desenfrenada,
que me abraza cada noche al calor de una litera sin pedirme nada más que un besito de buenas noches.
Eres mi locura de amor transformada en existencia.
                                                                     Eres el Sol de mis sentidos.
                                                                                                           Eres el amor de mi vida.


Gare Centrale de Strasbourg, 22 de julio de 2011

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