martes, 15 de diciembre de 2015

Código ictus

para Eva Arias, con cariño,
por una guardia digna de recordar

La mirada intranquila
del tránsito incoercible de las horas.
un aire viciado de tristeza
que yace en un aliento de miradas.

Las tardes en Agudos
tienen la duda aciaga del silencio
(las toses broncoespásticas arañan,
inclementes, los barrotes)
y sólo ese sabor, lejano y puro
del viento en los naranjos tras la lluvia
mitiga los instintos inconscientes de la guardia.

Desvitalizada ruina,
sombras que claman silencio
las auras migrañosas de las tres de la mañana:
espectros más allá de las paredes,
canción hipocinética del viento,
tormento de palabras y de fármacos.

Qué amargas pueden ser catorce plantas.

 
Hospital Universitario 12 de Octubre.
14 de diciembre de 2015

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