martes, 23 de octubre de 2018

Habanera

Respirar
tan sólo
con un batir de alas,
una
mirada cada vez más
lejana
en el
cristal
de tu noche,
el suave acento añil
del paso de una
mariposa
(extático elixir, hexágonos
exangües, como un
axioma inexplorado),
un éxtasis tan cierto como llueven
las espinas sobre el cuerpo.

Triste, lejana es la mirada
violeta del puerto,
un misterioso despertar
recorre el corazón.
Para las noches de invierno
yo escojo este lugar,
para las almas que anhelan la penumbra
para no regresar.
Para el recuerdo escojo
la tarde sin mañana,
la nieve sin pasión.
Para tus ojos sueño,
inquietas, las palabras
que vuelvan a extraviarme,
que escojan mi destino,
que escriban tu canción.

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