No vamos a encontrarnos otra vez.
Nada será sencillo. Cuando intente
rozarte con los ojos, tal vez huyas
y no quieras volver jamás a verme.
Pero si me descubres y eres tal
como te sé, como nadie ha inventado,
si existes en mi vida como siempre
fuiste cada mañana en el otoño,
yo sé que volveré a mirar tus párpados
violáceos, pulidos por la noche,
cubriendo en el misterio tu mirada.
Y vas a devolverme la sonrisa
otra mañana más. Y es muy posible
que vengas a quererme y yo te quiera.
Estación de Príncipe Pío, 26 de enero de 2020
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