lunes, 15 de junio de 2020

Tiempo después

Tiempo después,
la tarde amenazaba florecer en el cristal
azul de tus sonrisas
cuando la luz nocturna
escribe florituras de abrazos en secreto.

Tiempo después, había
confines franqueables de susurros,
guirnaldas de verdad en el camino
de atento amanecer.
                                     Juego, y abro los ojos
cruzando mi camino con tu gesto
perlado de miradas, discretas pero amables.
Y en tu naturaleza azul
                                         construimos
un tiento de faroles,
la sombra de un portal de vida silenciosa,
circunnavegamos el silencio que tú siempre
romperás con esa astucia de tus mares
sutil y certerísima, que busco traducir
para cambiar de rumbo en un segundo
naufragando sincero en un abrazo
sin tiempo, sin memoria, sin final.

Tiempo después
habrá una línea divisoria
y una sutil caricia en lo prohibido.
¿Sabéis? Detrás no hay nada. Sólo
amores politopos que, en el fondo,
no van a ningún lado. Cada tarde
hay otra de mis musas esperando
detrás de un cierto espejo.

Elige bien por quien sueñas palabras,
y a quien dedicarás tus sinfonías.
Quién puede ser capaz
de soñar con la tormenta de Strauss entre tus gafas
y el tiento de la noche y los furiosos
devenires del cuerpo.
Quién cerrará tus párpados
con dos besos lorquianos y un suspiro
de atmosférica esperanza, o con palabras
de tímida verdad.
Quién volverá contigo a ver los mástiles
rotos como palabras en la arena.
                                                      Descubre
cómo han de definir tu canto las mareas
y en qué materializas lo infinito:
por quién debe correr la sangre ahora.

Hospital Universitario La Paz, 15 de junio de 2020

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