viernes, 30 de marzo de 2012

Liebestraum

Despertar una mañana
con el corazón pegado a las sábanas,
¿un presagio?

Es un atraco, amor; tus labios o la vida.

Luis García Montero, El jardín extranjero



Como el sol en las aguas,
me rendiste al calor de tu mirada,
al lujo de una mágica noche de verano.

Como un aura,
débilmente sosegada por la brisa
apareciste ante mí
como el reflejo cristalino de una musa.

Como un sueño
de primavera remota y florida;
azahar y sueño, tu mirada desde el cielo.

Como una diosa,
ella sueña en su ventana escondida:
es Sol,
         es Luna,
                    es reina.
Por las calles misteriosas,
ella teje el arcoiris de sus sueños.
Juegos de cielo y tierra.

En el desierto
dos luciérnagas lejanas me alumbran,
azabache infinito.

Los verdes rayos sobre la luna cristalina.
Te busco en las estrellas,
donde el horizonte se confunde con tus labios.

En el sueño dorado de tu esencia,
reflejos de diciembre en la ventana,
mi sueño de primavera.

***

Sobre el cielo,
la sombra de un nuevo amanecer a tu lado.
Reflejos compartidos;
sobre la luna de Madrid, nuestro amor espera.

Donde todo empieza,
una promesa sellada sin palabras,
un delicado delirio de idiotas.

Perdido en la penumbra de tus brazos,
el cielo abierto en un primer suspiro
y el aliento fugaz de tu recuerdo;
acaso una caricia escondida en tus cabellos,
acaso tu mirar deslumbrante, hipnosis de mis versos.
Mi poesía, solamente sosegada
con la mítica memoria de tus labios.

Echarte de menos
en el silencio de mi habitación;
amarga soledad, mi negra sombra.

Volver a verte
es anhelar disolver la bruma con tus besos.
Hasta entonces,
renunciar a mi lúcido presente,
buscarte en conjunciones planetarias,
ceder el alma, el corazón
al papel,
             la pluma
                            y el recuerdo.

El único recuerdo de tu nombre
quiebra la bruma;
y Madrid se levanta en mil pedazos de espejos.

Te quiero.

30 de marzo de 2012

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