miércoles, 5 de junio de 2019

Apoptosis

ils s'apercevront, émus, que c'est au hasard des rues sur un d'ces fameux bancs
qu'ils ont vécu le meilleur morceau de leur amour.

Georges Brassens


Mientras no somos,
la tarde no atardece como antes.
Como las viejas células que aceptan su final
y como el linfocito que mata por tu bien,
debemos dibujar nuestra interfase
esa que
a veces
sólo a veces gran amor
será
nuestra única salida.

Será el aterrizaje de emergencia:
volver a lo que fuimos sin haber podido ser,
cerrar los ojos mucho y despertar
cuando es de noche y sin embargo
tú me cogías la mano
y todo eran tus flores de miradas

Curioso testamento el de los céspedes
que conocimos al tacto.
(Los pliegues de las sábanas
que quedarán marcados
pronto los suplirás en otros tálamos.)
No dejes de soñar, libera el alma
de grises de tormenta
y reconforta
lo que no pude darte
para que seas feliz
allá donde el Eterno te depare.

No renuncio a mis versos:
serás mi compañera de viaje.
Pero es que es el viaje el que ha cambiado.

Dos rectas paralelas no vuelven a cortarse
pero hay una certeza: que el amor
sabe curvar el tiempo y el espacio
si lo pensamos fuerte
y si nuestros abrazos como puentes
se vuelven a encontrar.

En mi última no-lágrima,
un mal jisei no ku vuela sincero
mientras murmura el alma,
                                                algún día,
                                                algún lugar,
                                                de alguna manera,
                                                pronto
                                                y siempre.

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