jueves, 27 de junio de 2019

Murallas

El beso del salitre
Las indefensas proas.
Mordientes transatlánticos.
Y un emigrar extraño el de los pájaros
como en los cuadros de Monet
cuando empieza la lluvia.
Mientras se rompen los océanos
se encoge el mar antiguo
y sus ruinas,
sus torres, sus murallas
serán pasto del tiempo que nos quede.
Mientras los robles sueñan
y mientras los amantes
barajan sus instantes, su final
tan cerca de las rocas
nutridas por sus lágrimas,
mientras esperan en la playa su solsticio
rebuscan en las piedras del camino
para ponerse un nombre y un recuerdo,
para curar su tiempo:
marea, calor y abrazos sobre el agua.

En los tejados dálmatas
la soledad espera
con un ramo de mirlos que flanquean
los campanarios rotos
y las estatuas pálidas
y el claustro sumergido y derrotado.
Contemplarán
cómo resiste una sonrisa
donde las islas mueren
y recortan las lanchas el Adriático,
cómo la sal de vuestros ojos
tan solo nutrirá vuestras murallas,
pero saldréis al mar
y lucharéis,
floreceréis de nuevo,
renacerá una tempestad de golondrinas
que cantarán sus versos monosílabos
mientras se escribe vuestro amor en vuestras manos
con plumas de gaviota,
con tinta de verano y sol invicto.



Dubrovnik-Split (Republika Hrvatska)
26-27 de junio de 2019

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