lunes, 7 de marzo de 2011

Neurosis de angustia

Mis ojos son cascadas evaporadas por el sol.
Silvia Martínez
 

Nada me da esperanzas para seguir viviendo así.
Sonrisas, lágrimas, suspiros y un amor sin amor al que me resigno estoicamente.
No estoy bien.
                   Deberías saberlo.
                                                Pero claro, "deberías"...

Te odio.

          Te amo.
                     ¿A quien debo hacer caso?



   »Desbordo amor por las cascadas de arcoiris de mis acuosos ojos,
    por qué no me miras una vez tan solo?

                                                                 Prometo no quemarte la retina
    de esos ojos que aun recuerdo en sueños, amor mío,
    mientras lloro de pena, o de rabia, o de odio, qué sé yo,
    anhelando,

                      incrédula,
                                      estúpida,
                                                    tu amor otra noche más.
    Poco importa lo que otros hayan pensado para mí,
    porque sabes que mi amor por ti es mayor que la tristeza de olvidarte.


    Futuro incierto, que juegas con mi corazón y lo destrozas
    en esquirlas de coral rojas de pasión y grises de amargura,
    no me tortures con su sonrisa otra noche más, que bien sabes
    que no necesito amor, que sólo quiero amarle...

Te odio.

          Te amo.
                     ¿A quien debo hacer caso?

Me he dejado orientar por las estrellas,

que me inspiran muerte y soledad a cada segundo que no estoy contigo;
de nada sirve, amor, tú eres mi única estrella,

la más brillante, la más hermosa del firmamento,
que me persigue, inmóvil, desde allá a lo lejos, tan cerca quizá,
mientras anhelo desafiar al futuro con tus caricias.

No hay comentarios:

Publicar un comentario