domingo, 17 de enero de 2021

Tanzlied

Cuando sientas el límite
exacto del contorno de las calles
escrito entre tus manos,
y un borde frío recorra
tu cuerpo misterioso,
hazme ver sin ser visto
al paso de otros hombres,
y baila para mí,
rozando en el deshielo con cada rizo azul,
pintando una acuarela de tu mejor sonrisa.
No hay nada que explicar. Culminará la noche
con tus labios escritos y tu cuerpo alcanzado
por certeros pasos, y abrazado en la brisa
inquieta del invierno, donde somos felices
pintando nuestro amor inesperado,
fingiendo que no somos
más que unos versos blancos en la vela
calmada en el regreso tras diez años
de huidizas pasiones,
de admirables virtudes que te vuelven
sincera y poderosa,
brillante y surrealista, o tan exacta a veces
que muerden tus ideas.
Tu ciudad permanece. Transcurren tus locuras,
tus pinceladas suaves, tus abrazos
y los rítmicos pasos que entretrazas
al ritmo de tu música en la nieve fundida
evocando un camino, unos secretos
que llevan a tu boca, a tus palabras
labradas en mis dulces pensamientos
que iluminan mis noches. Y sabré,
porque he vivido mucho para amarte,
cómo me salvaré por tus encantos,
cómo ilusionaré mis porvenires
con cada noche quieta en que me sueñes.


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