lunes, 26 de julio de 2010

Tres poemas guardamarencos

I. Gaviotas...

El suave chapoteo de las olas que divisan tierra
me susurra al oído una canción de amor y de esperanza.

Lejos, muy lejos, unas madrugadoras gaviotas
revolotean tercas sobre mis recuerdos...

Y quedándome mirando melancólicamente desde la arena
sueño con ser una de esas hermosas aves
y huir de esta playa en soledad
                                                       para poder estar contigo.

- ¡Oídme, Aves del Paraíso! ¡Venid a mí
y llevadle a mi amor eterno esta triste canción!
Traedme a mi amada,
traédmela, tan sólo pido eso: traedla,
dejadme estar con ella un solo instante...

Y mientras,
                     inconsciente,
                                             esbozo dibujos en la arena que el mar se lleva,
el olor a sal me hace escapar un poco de ti sin quererlo
y soñando en este ardiente verano sin ti recuerdo tus besos entre las dunas
esperando desesperadamente encontrar tu silueta más allá del horizonte...


II. Brisa

Vuela otra canción para ti, preciosa,
y con ella y el viento huye parte de mi alma enamorada
desprendida al aire con nuestra amarga despedida.

Vuelan los recuerdos de otro tiempo feliz
del que añoro tus caricias y tus besos
que se han perdido en la brisa de un mar que de ti me aparta.

Hoy, entre suspiros y lamentos,
me he muerto por dentro de estar solo,
mi corazón se ha helado de no tenerte a mi lado.

Mas nunca, nunca, he perdido la esperanza
de que un día vuelva a tenerte entre mis brazos,
la esperanza de amarte como siempre y besarte como nunca,

porque sé que por fin volveremos a encontrarnos,
a querernos, a abrazarnos, a ser el uno para el otro
y a morir de amor lentamente en nuestros brazos...

 

III. Noche en soledad


Otra noche pasa y sigo esperándote
en la soledad de mi lúgubre habitación
entre los zumbidos sordos de un triste ventilador que me hace compañía.
Intento dormir, mas sin ti mi vigilia permanente no tiene solución;
intento soñar, mas mi sueño eres tú... y no te encuentro.

Miro anonadado al techo: te quiero,
sabes que mi amor puede más que la distancia que nos separa,
una distancia que me entristece lentamente
hasta colmar los más lejanos límites del olvido y la locura,
soñar tu amor me acerca a ti, mas no me basta
y por eso necesito que estés cerca de mí, mi vida,
para abrazarte con ternura eternamente...

Pero soñar, soñar tan sólo, soñar y no tenerte,
es abrazar el aire, es besar la nada,
es vivir siendo consciente de lo inerte y lo imposible,
es morir otra vez de amor sin poder acariciarte,
es salir de un sueño dulce y deseado
                                                                del que yo no quiero despertar...



 
Guardamar del Segura (Alicante), del 21 al 26 de julio de 2010

1 comentario:

  1. Anda!! Y yo que pensaba que te echabas la siesta! :)

    Ya echaremos la revancha al ajedrez algún día, en que no haya apoyos morales ni pérdidas innecesarias de torres jajaja

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