lunes, 5 de julio de 2010

Sencillamente... tú

Noelia,
tú eres mi sueño,
mi amor, mi vida,
la razón por la que escribo
y la razón por la que muero.


Eres mi canción, mi música,
mi fuente de inspiración,
pues tus ojos sugerentes me obligan a escribirte
cada día en este olvidado cuaderno
para abrir mi alma a la claridad de mis versos.


Noelia,
tú eres mi poesía,
mi suspiro, mi locura.
Eres el fulgor tenue de un sol de primavera,
eres la belleza ideal plasmada en un lienzo real,
eres...
         ... tan preciosa...


Eres la razón de que muera de amor cada noche
después de vivir amándote cada día.
Eres la llama de la pasión de mi alma,
eres lo único por lo que merece la pena vivir
y por lo que merece la pena morir...


Noelia,
eres mi ser condensado en otro cuerpo,
eres parte de mi alma
y eres toda mi vida.


Noelia mía,
jamás te olvidaré,
pues jamás dejaré de amarte
como el primer día en que encontré esos ojos brillantes e ingenuos
que me enamoraron al instante;
y ahora,
delante de mi viejo cuaderno,
sueño despierto con el día en que vuelva a saborear tu amor...

Te quiero.

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