lunes, 9 de agosto de 2010

El sueño de una noche de verano

Dos lenguas de viento mecen las cortinas de la habitación
y me hacen llevar la vista hacia otra parte
anhelando que tal vez sea tu amor, que dulce y sinuoso
intenta entrar entre las sombras para acompañarme.


A mi lado hay una cama vacía, no hay nadie:
solo, con mi soledad a cuestas, en esta triste madrugada
en la que los ruidos de la gente y la prosa de la radio
se entremezclan y asaltan mi cabeza
buscando tus recuerdos en el desierto de mi subconciente
para no dejarme soñar contigo...


Sé que no vas a llamar a mi puerta esta noche,
alejado de ti esta noche me invaden los fantasmas
y por fin,
cuando estoy a punto de encontrarte entre mis pensamientos,
efímera, sutil, desapareces de mi mente
y me mantienes en vigilia permanente otra noche más.


Sé que no vas a dormirte a mi lado
en la cama vacía que acompaña mi pesadumbre nocturna,
pero a veces me gusta soñar
y fantaseo con tu imagen durmiente a mi lado
mirándome con esos ojos inocentes, irresistibles,
pidiéndome un "te quiero" y otro beso de buenas noches...


Definitivamente, hoy no quiero ser yo:
hoy quiero soñar y vivir con tu presencia,
hoy quiero ser poeta enamorado
                                                      y no poeta a secas,
hoy quiero volver a examinarte con ternura
e hipnotizarme con tus dos luceros de amor eterno
para después sentir el dulce sabor de tus labios ardientes
y después... quién sabe...


Pero esta noche no va a ser así,
porque la realidad es el deseo frustrado del poeta desesperado,
y he aquí mi realidad,
                                   la maldita realidad,
una realidad que hoy no quiero sufrir
porque en realidad sólo quiero estar contigo...


Membrilla (Ciudad Real), madrugada del 7 al 8 de agosto de 2010

No hay comentarios:

Publicar un comentario