viernes, 22 de noviembre de 2019

Hoy todo era silencio

Existen madrugadas imbéciles, que ocurren
en sueños de una forma -ejemplo: yo pensaba
que al menos recordabas el tacto de la carne
en tu vestido negro, o en tu negra mirada.

Pero esas madrugadas imbéciles ocurren
tan sólo de otra forma: un silencio, un gesto
que tan a tiempo emprendes en busca de respuestas
donde sólo hay preguntas y un corazón que tiembla.

Hoy todo era silencio. La lluvia difumina
y olvida mis suspiros. Los cafés amargaban
con lentitud de arena y lacrimal presagio.
Nuestra penumbra incómoda recorre la mañana.

Hoy todo era silencio y ausencia en tus ojos
tan profundos, lejanos. Como si hubiera herido
tu dulce y verde atardecer con mi presencia.
Como si ya supieras por qué no me perdonas.

Sevilla, 22 de noviembre de 2019

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