En el horizonte,
doce torres de humo negro
anuncian la llegada del esperado solsticio.
A lo lejos,
los cohetes atraen mis ojos
y por un momento dejo de pensar en ti.
El olor a pólvora
me evoca tiempos antiguos de desesperanza,
de almas corruptas y desamores lúgubres.
Mas las hogueras,
símbolo de los viejos recuerdos,
queman a su paso todo cuanto encuentran.
Ojalá que esta noche de san Juan
sea el principio de un nuevo amor junto a ti, preciosa,
que con el brillo de tus ojos pardos
deslumbras los fulgores de esta ardiente oscuridad.
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