viernes, 18 de junio de 2010

Soneto V: un antes y un después

Después de días y días sin poder acariciarte,
amor, luz de mis ojos, al fin te has decidido
a ser la reina de mi sentimiento dormido,
a quererme tanto cuanto yo puedo adorarte.

Una declaración de amor puede ser un arte
o un juego de niños: nuestro amor, comprometido
y eterno, cumplió fácilmente su cometido
para que tú puedas amarme y yo pueda amarte...


Preciosa, todo calificativo es escaso
cuando contemplo tu sonrisa irradiante y pura,
cuando miro de tus tenues ojos la blancura;


mientras tu esencia se refleja en el cielo raso
de este incipiente verano que se asoma al mundo
veo cómo mi amor por ti se vuelve más profundo...

No hay comentarios:

Publicar un comentario